Nunca me he considerado un lector compulsivo, pero de forma bastante regular consigo arrancarle unos minutos al día (o mejor dicho la noche) para dedicarlo al placer de la lectura.
No hace mucho, mientras visitaba una conocida librería en Málaga (la ciudad mas cercana de mi localidad) vi un libro que me llamó la atención, “El afinador de pianos” de Daniel Mason. Por pura curiosidad y aunque no conocía el autor compré el libro.
No se cuantos de vosotros lo habéis leído, en caso contrario y por si quizás os interesa, ahí va un muy breve resumen del libro, pues no me perdonaría abusar de vuestra paciencia y valioso tiempo.
La historia tiene lugar en el siglo XIX en tiempos de la Inglaterra Victoriana y es acerca de un afinador de pianos afincado en Londres que por azar del destino tuvo que viajar a Birmania (en aquellos días parte del poderoso imperio británico) para realizar un trabajo al piano propiedad de una alta personalidad del ejercito de su majestad. De esa información se deduce que no debería haber muchos afinadores de pianos en Birmania por aquel tiempo (posiblemente tampoco ahora los haya).
Nuestro colega y héroe en la novela, que estaba recién casado, tuvo que dejar atrás a su joven esposa y su apacible vida en Londres para sumergirse en una apasionante aventura que cambió por completo su vida. No cuento el final para no estropearle la lectura al que no haya leído el libro y decida hacerlo.
Si hay algo que me sorprendió de esta historia es la excelente documentación que contiene. El autor describe el trabajo de un afinador de pianos de forma sorprendentemente precisa, se podría decir que el mismo conoce muy de cerca el oficio de afinador. De forma veraz y convincente relata trabajos como cambiar cuerdas rotas, las diferentes herramientas que se usan en el gremio, el temible efecto que la humedad tropical tiene en un piano y tantas cosas mas.
También me pareció muy interesante la referencia que se hace en el libro a los pianos Erard, pues ese era el piano que nuestro protagonista tenía encomendado de arreglar. Los pianos Erard, para aquellos de vosotros que no lo sepáis, eran probablemente los mas apreciados y prestigiosos de su tiempo. Todavía se ven muchos en buen estado de funcionamiento.
La casa Erard tiene también el honor de ser la inventora de la “Palanca de repetición”. La introducción de la palanca de repetición constituyó en su día una de las grandes mejoras e innovaciones en la historia del piano. Yo mismo he afinado y reparado un buen número de pianos Erard de la misma época descrita en el libro y siempre me han parecido muy refinados y bien construidos, con una muy agradable y precisa pulsación. En la actualidad el piano moderno no difiere en casi nada del Erard descrito en “El afinador de pianos”.
Mirando los créditos al final de la novela descubrí de donde el Sr. Mason obtuvo la mayor parte de su admirable documentación, del libro “Piano tuning and allied arts” de William Braid White en la edición de 1946. Casualmente, ese fue mi primer libro sobre afinación de pianos, y aunque muy viejo y gastado todavía lo conservo con gran cariño.
Para aquellos de vosotros aficionados a la literatura, “El afinador de pianos” de Daniel Mason es lectura muy recomendable, interesante y agradable de leer. Pero solo un detalle, en caso de que alguien tenga un trabajo que ofrecer para ir a Birmania, no contar conmigo y buscar otro candidato, el que subcribe (que como dije ya leyó el libro) está muy ocupado y no tiene la menor intención de viajar tan lejos.
© copyright Juan Olalla 2010
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